¡Buenas noches mis queridos lectores fantasmas!
El escrito a continuación tiene la intención de hacer un auto análisis sobre la elección que he tenido sobre los colores a lo largo de mi vida. Considero que es bastante interesante, por lo menos para mí.
Es bastante largo, espero no sea una molestia, porque me costó mucho tiempo escribirlo.
Notarán que no está escrito de la mejor forma, pero espero se pueda disfrutar y comprender igual.
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Los colores a lo largo de mi vida
Nunca he tenido un color favorito que durase inclusive hasta el día de hoy. He tenido colores favoritos, pero fueron muchos y nunca en simultáneo. Fueron etapas, cada color significó una etapa de mi vida. Hubo también cierto cariño hacía algunos colores que estuvieron en segundo plano.
Haré una división cronológica de 4 etapas en mi vida según el color predominante. Hablaré sobre mi carácter y la conexión emocional que existe entre el color y la presión social ante la belleza.
(Puede que la nomenclatura de las etapas no sean las mas adecuadas, pero tenía que ponerles un nombre).
Niñez (0-11 años):............................
- Cuando era pequeña mi color favorito era el ROJO. En ese entonces yo era un niña eufórica, enérgica, muy sociable, confiada, bruta y egoísta. Yo, en esa época, me sentía bella (sentirse bella), jamás había pensando en la posibilidad de ser fea. Esto puede notarse en fotografías donde salgo con sonrisas exageradas (no olvidemos que era eufórica).
Siempre he sido una persona que gusta de dibujar. Así que siempre he tenido una colección de lapices de colores completa. Noté entonces, que los colores que más usaba en esa época, eran los colores cálidos: el rojo, el naranja y el amarillo. Incluido colores claros, como el celeste y el rosa. Por lo tanto, los lapices de otros colores me quedaban largos, me sobraban, casi estaban sin usar, mientras que los cálidos, siempre estaban chicos (a veces era incómodo pintar por lo pequeños que eran).
Siempre ha sido una curiosidad notar que todos los dibujos hechos de pequeña de mí tenían mi cabello amarillo ¿Por qué siempre me dibujaba rubia? Hoy en día por nada del mundo me teñiría el pelo de rubio (simplemente no me gusta). El cabello rubio es una fuerte característica de mis personajes inventados, la mayoría son rubios, inclusive hasta hoy en día. Había hasta hecho toda una teoría de que yo quería ser rubia porque en otra vida lo fui (es que era un dato muy curioso). Entonces en una charla normal con mi hermano, surgió la idea de que en realidad, no intentaba representar la realidad en mis dibujos, sino que quizás quería representar la energía, o que simplemente era porque el color me gustaba. Ahí noté mi preferencia por estos colores en mi paleta de lapices.
Definitivamente tenía una conexión con mi personalidad y cómo me sentía emocionalmente. Es cierto, que podría ser, que muchos personajes de dibujos animados que veía de chica, influenciaran en esta elección. Pero no lo creo así, creo que yo los elegía a ellos por tener el color de pelo que prefería ver. De hecho, de chica, jamás pensé en cambiarme el color de pelo. A mí, mi cabello me gustaba un montón, era hermoso, largo y castaño oscuro. Todo el mundo me halagaba por mi cabello, por lo tanto esa no era la razón.
Los personajes que se me vienen a la cabeza de ese entonces rubios son:
Angélica, de "aventuras en pañales". Serena, de "Sailor Moon". Nadja, de "Nadja del mañana". Pikachu, de "Pokémon". Cloud, del juego "Final Fantasy VII".
No eran los únicos personajes que me gustaban mucho de esas series o vídeo-juegos, pero claramente había una preferencia a que quedasen en mi memoria por tener pelo rubio.
Había una clara conexión entre el amarillo y el cabello. Porque no tenía preferencia al amarillo en otro tipo de cosas.
Para otras cosas, prefería usar el naranja. Como podría ser la ropa o las flores que pintaba.
Sin embargo, creo que el color más importante para mí, era el rojo. El rojo lo utilizaba para todo aquello que me gustase llevar puesto, yo me identificaba con el color rojo. Si alguien me preguntaba ¿Cuál es tu color favorito? Respondía "¡Rojo!", lo respondía con ganas. Todo lo que compraba, era mas llamativo si tenía rojo. La mochila, cuadernos, pulseras, collares, vestidos, etc. Yo quería que ese color fuese visto, no como el caso del amarillo, donde no me importaba si tenía encima amarillo o no lo tenía. Todo lo rojo para mí era atractivo (llamativo) y bello. Esta especial preferencia hacia el rojo podría notarse por ejemplo, en mi collar rojo con cascabel de "Mew Mew Power", en esa serie el collar es rojo, pero solo cuando la protagonista es humana, cuando se transforma, pasa a ser rosa. Y sin embargo, a pesar de eso, yo prefería la versión roja. De hecho en mi memoria, recuerdo más el cabello rojizo de la protagonista, que el rosa que consigue al transformarse.
Lo mismo ocurría con la ropa de "Inuyasha", que era roja. El collar de "Nadja", que era principalmente rojo. Todas estos objetos, fueron principalmente recordados en mi infancia por ser rojos. Quiero que se entienda la importancia de este hecho, porque más tarde en mi vida, no ocurre igual, no es una mera coincidencia o algo que tiene que ver solo con mis gustos.
El rojo por lo tanto, era aquello que se veía de mí. Mi sociabilidad, mi euforia y mi rudeza.
Por eso hoy en día digo "Cuando era una niña de rojo (cuando era chiquita) hablaba con todo el mundo, yo no tenía miedo de hablar con la gente (era sociable y eufórica)".
Era una niña bastante feliz y enérgica, a pesar de haber pasado por diversas situaciones complicadas (que terminaron afectando más mi futuro que aquel presente que viví).
También quiero hablar sobre el color MARRÓN.
El marrón, en ese entonces, era un color inalcanzable. Era el color de los adultos. La ropa de ese color, no estaba pensada para los niños. Sin embargo, los tiempos pasaron muy rápido. Lo que en ese entonces era común, dejó de serlo cuando crecí. Los niños usaban ropas distintas a los adultos, y cuando crecías usabas la ropa de tu madre. Pero nunca pude hacer eso, porque la ropa de mis adultos pasaron de moda antes de que esto ocurriese.
El marrón para mí significaba elegancia. Todas las pieles de animales y el estampado de leopardo, eran para mí de alta categoría y los codiciaba. Por supuesto que el leopardo tenía un significado particular para los adultos, pero yo a esa edad no entendía ¿Por qué no podía tener sábanas con la trama de leopardo o por qué ninguna ropa mía podía tenerla? Por si acaso aclaro que tenía una connotación sexual, la cual ignoraba totalmente.
De chiquita, yo deseaba de algún modo ser adulta y tener poder. Quería respeto, porque eso significaba ser adulto, que te respetasen. Comprar lo que "quisieras". Vivir donde "quisieras".
De esta variable, sale el color BEIGE. ¿Cuál es la conexión entre el marrón y el beige para decir que es una variable de la misma? La elegancia. El beige, era un color más accesible. Se veía en ropa de invierno. Al no ser un color oscuro, era considerado apto para una niña.
Una de mis primeras prendas marrones, fue una regalada por un amigo en un cumpleaños. Era marrón y beige. Fue mi remera favorita por mucho tiempo. Además, la remera, que para mí era símbolo de elegancia, fuese regalada por alguien de excelente posición económica, era todo un símbolo.
No tengo mucho para decir de este color, pero es importante, porque hasta hoy en día sigue teniendo el mismo valor para mí. Lo que para muchos puede ser un color aburrido o sucio, para mí es un color elegante, poderoso (económicamente hablando) y estable (emocionalmente y económicamente hablando).
De alguna forma, que hoy en día, siga teniendo un interés por ese color, es seguir teniendo interés en mi niñez. Es como si el marrón fuese un acceso directo a mi infancia. El cual no deja de recordarme lo inalcanzable. Lo que es inalcanzable, no por voluntad propia, sino por imposición.
Que aún yo sienta, que el marrón sigue siendo un color difícil de conseguir, es sinónimo de que aún no he crecido, que me siento atrapada ¿Por qué en vez de simplemente conseguirlo... aún lo veo con añoranza? ¿Por qué ahora que puedo obtenerlo, no lo tengo? ¿Es que ya no me interesa? Claro que aún me interesa. Solo que ahora, por diversas cosas de la vida, tengo miedo de capturarlo. El significado simbólico que conlleva implica mucha responsabilidad y pasos firmes a seguir. Yo aún, hoy en día, no me siento como el marrón. No me siento capaz.
Una frase que digo hoy en día con respecto al color marrón es: "Cuando era una niña marrón (cuando era chiquita y pensaba) decía cosas que, por ser pequeña, no eran tomadas enserio (buscaba respeto por lo que contaba). Pero que tenían gran importancia. Cuando crecí me di cuenta, que lo que decía lo habían dicho ya personas importantes de la historia".
Pre-Adolescencia (11-15 años): ..................
-Aquí ocurre un quiebre en mi vida, en muchos aspectos. Para que se hagan una idea mi color favorito empezó a ser el AZUL, aunque el más notorio y presente fue el NEGRO. Fue sin embargo un proceso y no un cambio de un día a otro. De hecho, fue un cambio doloroso para mi persona.
Mi cuerpo, por cuestiones naturales, empezó a desarrollarse demasiado rápido, dejándome a la imagen de la sociedad como una prostituta. Así fue como me sentí. De repente me sentía muy observada y era constantemente atacada con comentarios respecto a mí físico. Me hacían notar cosas que jamás había notado o me hacían comentarios que para mi gusto estaban totalmente fuera de lugar.
De repente, todas mis características físicas estaban a la disposición de todo el mundo para ser comentadas. No sucedía como antes, donde la crítica iba dirigida hacia mi personalidad o hacia mí (como entidad). Antes me decían "Eres egoísta", "No eres muy buena", "Dame un consejo", etc. Ahora (en mi pre-adolescencia) me dicen "Tus zapatillas son poco femeninas", "Usa esto, te verás mejor", "Sí bajases de peso, serías sexy", "Lo que usas es ridículo", etc. Esto fue un cambio, muy brutal para mí. Yo aún tenía mucho para decir o mucho para mostrar de mí misma, sin embargo las personas que me rodeaban se concentraban en mí nuevo físico. Era muy frustrante. Sí quería decir algo de importancia o compartir un momento con alguien, tenía que primero ser aceptaba físicamente. Es horrible lo que acabo de decir, pero seguro que no era la única que sufría esto.
De hecho, hasta parece un tema muy común de la adolescencia.
Subí bastante de peso, el médico me había dicho que necesitaba comer mas... Así qué, eso hice.
Por lo tanto, no solo estaba desarrollada, también estaba gorda.
Mentalmente yo aún seguía pensando y teniendo los mismos simbolismos de mi infancia rojiza, pero las cosas habían cambiado.
Quiero aclarar, que el rojo, al ser el color de lo que quiero que sea visto, era símbolo de importancia.
Me cambiaron de colegio y pase de hablar con todo el mundo a tener tan solo 1 amiga.
Cuando recién ingresé, hablaba con confianza. Pero de a poco la fui perdiendo. Porque ser tan eufórica y tener tanta confianza con todos, parecía (para la gente) una cualidad extraña y negativa. También sucedía que la gente perdía interés en hablar conmigo, así que tampoco hablaba mucho con ellos. Tener mis propias ideas, también parecía ser malo, así que me fueron acallando de a poquito.
(primera etapa).
Al principio era bastante peleadora. Me gustaba el juego bruto, empujaba y golpeaba. No era con verdadera malicia, simplemente a veces al correr de un lado a otro (en el recreo) empujaba a los más pequeños y cuando me hacían enojar mucho daba golpes o gritaba.
Tengo que aclarar, que la violencia en mi casa, era algo cotidiano. Así que no era raro que afectara mi comportamiento.
Empecé a sentir odio hacia la gente que me rodeaba, por decirme cosas desagradables.
Entonces me empezaron a castigar por cada fechoría que hacía. Me empece a sentir reprimida, porque en cada injusticia que sentía la castigada terminaba siendo yo.
Pasé de hacer bullying a los demás, a que ellos me lo hicieran a mí. Como no podía defenderme, me quedé callada. Con el tiempo todos estos ataques me empezaron a afectar y empecé a sentirme impotente y fea.
Mis gustos empezaron a afectar mi relación con los demás. Que me gustase el anime y los vídeo-juegos me alejó de mis compañeros.
Al empezar a sentirme fea, dejé de querer exponerme. Basta de sonrisas (tenía los dientes chuecos, esa era la razón por la cual no sonreía. De chiquita también los tenía así, solo que ahora me afectaba), nada de accesorios llamativos.
Esto significó en mi vida "basta de rojo". Basta, no quiero ser mas observada. No quiero ser más criticada.
Un día llevé al colegio puesto mi collar rojo con cascabel de "Mew Mew Power". Este collar era muy importante para mí, tenía un valor simbólico muy fuerte. Pero cuando lo lleve, la gente se empezó a burlar de mí, a pesar de que yo quería llevarlo con orgullo. Me trataron de gata, de manera despectiva. Decían que era raro, etc. Y por primera vez, en ves de mostrar mi "lado rojizo", lo oculté. Nunca más lo use en público. Ni hablé de él.
(segunda etapa).
Desde entonces, las cosas que me importaban las ocultaba. Ya que no eran apreciadas por los demás. Así que el color rojo, solo lo usaba para cosas muy simbólicas o importantes. Como podría ser dibujar corazones cuando le hacia un dibujo a mi cyber pareja. Para mí el amor, es algo importante. De hecho el sueño de mi vida es tener pareja, vivir juntos y ser felices para siempre.
Me empecé a sentir muy sola y en ese proceso de soledad también me volví muy tímida.
El color rojo me dejó de gustar. Mi nuevo uniforme del colegio llevaba rojo y verde. Era una camisa roja y una pollera escocesa. Espantoso. No sé si este dato sea importante, pero podría ser. Ya que es un uniforme que me exponía más de lo que quería. Ahora que tenía pollera tampoco podía correr libremente por el patio cuando era recreo. Tampoco se nos permitía. Ahora eramos "grandecitos".
Ya no tenía interés por los objetos rojos. Me empezaron a interesar más los objetos de color AZUL.
Yo sabía que la ropa rojiza combinaba con el color de mi piel, que me quedaba excelente como color, pero realmente ya no lo prefería. En cambio, el azul parecía ser mas amigable conmigo. Empatizaba mejor con mi situación sentimental.
Mi relación con este color fue muy distinta a la anterior. Estos nuevos objetos que tenía no los obtenía para que fuesen vistos. Eran objetos solo para mí, objetos íntimos. El azul me hacía sentir en una zona de confort. Era el color de la protección, la soledad y la tristeza.
Por esto mismo, las personas que me conocen, puede que no recuerden mi conexión con este nuevo color. Ya que era un color solo para mí, no tenía intenciones de que fuese recordado por otros.
A partir de aquí, en mi colección de lapices, se empezó a notar una preferencia por dejar de usar los colores cálidos poco a poco. Aunque aún los usaba, por lo general cuando dibujaba eran dibujos felices, pero cuando eran dibujos tristes utilizaba colores fríos. Esto terminó siendo lo más cotidiano.
Me empezó a gustar mucho más el agua. El agua compartía mis sentimientos. Considero al azul, como el color que representa una "huida emocional". Esta conexión con el agua, sigue siendo importante para mí hasta hoy en día y el tema de la huida emocional sigue siendo protagonista de muchas de mis obras universitarias. Esa necesidad de expresar "no soporto la realidad, me quiero ir".
Seguramente, mis lectores, piensen que el color NEGRO lo usaba porque me sentía triste. Se lo relacionaba mucho con la tribu urbana "emo", que en aquel entonces era muy popular. De hecho, muchos compañeros pensaban así. Pero no era así. Nada que ver.
Yo usaba ropas que cubrían mucho mi cuerpo. Pero, eso se debía a mi timidez. No tenía conexión directa con que usase negro.
Para mí el negro, era un color bello. El negro, pasó a ser una variante del marrón. Era un color elegante, pero actual. No se relacionaba con lo antiguo. Además, a la gente le gustaba mucho, porque era el color de la noche y te hacía adelgazar.
Con este color podía cubrirme todo el cuerpo y verme bien. No era lo que me interesaba, pero eran las consecuencias. Me vestía completamente de negro. Solo y únicamente de negro.
Estaba bueno, porque yo podía salir y no llamar la atención (claramente con el tiempo, me empezaron a calificar como deprimente por usar solo negro, pero eso es más adelante).
Así que, fui recordada más por vestirme de negro, que por mi elección por el azul.
(tercera etapa).
Luego vino el climax de esta etapa pre-adolescente. Es por esta etapa que yo puedo decir, que al considerarme fea, intenté verme bella. Pasé de sentirme bella a no sentirme así y por lo tanto buscar la aprobación de los demás y de mí misma para serlo. Aunque esto fue también así antes (en la primera y segunda etapa de mi pre-adolescencia), este es el momento en que mas se nota.
Empecé a salir más, eso significa salida con amigos. No a bailar, no a beber. Era más bien ir a Unicenter, caminar, o ir a la casa de alguno de ellos. Había logrado un grupo de amigos. Aunque sinceramente, no era el mejor. De hecho ya no me junto con ellos y creo que si no fuera por mi mejor amiga, ellos no me querrían dentro del grupo.
Fue horrible, yo intenté ser un poco más sexy en la búsqueda de esa belleza y aceptación. Este método fue mostrando un poco más de cuerpo, tener ropa más arreglada y ajustada y también maquillándome.
Nunca llegué a ningún extremo, porque claramente era tímida y no era lo que quería. Solo quería sentirme bonita otra vez y no sabía cómo. No me gustaban las fotografías y no soportaba los comentarios de "halago" o "desagrado" por mi aspecto.
A lo último empezó a aparecer el VIOLETA entre el negro de mi ropa. Como un intento fallido de renacer aquel muerto rojo manchado por la realidad del momento. No somos colores puros, nos vamos manchando, siempre dejando un rastro de lo que alguna vez fuimos. El violeta, era el resultado de un rojo enfermo. Enfermo por el azul de mi tristeza. Y el negro, fue un intento de no perder la compostura.
Pre-adultez (15-18 años) ..........................
Luego de los 15 empecé una etapa donde ya había aceptado que no era linda. Renuncié a sentirme bella. Empecé a usar cualquier tipo de ropa, por más mal que quedase, mientras fuese cómoda para mí era válida. No me cubría tanto como antes con intenciones de no mostrarme, era más bien que al sentirme más cómoda con ropas largas y holgadas, empecé a hacerlas "parte de mi estilo".
Para este entonces definitivamente habían desaparecido de mi paleta de colores los colores cálidos.
El VIOLETA se había vuelto el color visible y mi color favorito. Absolutamente todo lo que me rodeaba era violeta, mi ropa era puro violeta y negro, no había otro color.
Sin embargo como había dicho anteriormente, el color negro empezó a calificarme como deprimente para los demás. Empecé a tener salidas de día y no de noche. Salir toda de negro bajo el sol ardiente, definitivamente te hacía ver raro. Ya no era tan disimulado el color si todos me iban a estar señalando por vestirme de negro y además tampoco era cómodo porque me daba mucho calor.
Me volví a cambiar de colegio, fue un cambio positivo, había entrado a un colegio de artes, que era lo que quería desde chiquita.
Aquí encontré un nuevo grupo de amigos, está vez era uno mucho mas verdadero. Me volví a sentir querida por lo que era.
Mi lado eufórico volvió. Pero algo había cambiado definitivamente. Empecé a sentirme culpable por mis acciones pasadas y esto hizo que no quisiera volver a ser "una mala persona". No quería golpear ni insultar a nadie. No quería que nadie se alejase de mí, después de todo, por fin tenía amigos con los cuales sentirme bien. Podía compartir mis gustos y en realidad no tenía mucho que ocultarles.
Comencé un largo camino en la búsqueda de ser una buena persona.
¿En qué me afectó esto? Se preguntarán. Pues en los colores, por supuesto.
El violeta siguió siendo mi color favorito por mucho tiempo, solo que ahora no cubría toda la superficie de mi vestimenta. Más bien acompañaba otros colores.
Entonces apareció el BLANCO, como variable del negro (por lo tanto del marrón). Su aparición fue progresiva hasta eliminar casi por completo al negro.
En esta transición de pasar de ser una mala persona a una buena, me empezó a gustar la combinación del color negro y blanco juntos. Como el Ying y el Yang. Al principio dominaba el negro, luego empataron y por último terminó ganando el blanco.
Con el tiempo el negro perdió casi completo interés en mí. Por supuesto me sigue gustando, pero nada que ver a antes.
Para mí, el blanco era símbolo de pureza, belleza y libertad. Usar el blanco, era tomar consciencia de que iba a ser fácil mancharme. La libertad tiene sus consecuencias. El blanco no es perfecto, yo tenía que aceptar que no era perfecta. No podía estar siempre pendiente de si mi ropa se iba a ensuciar y no iba a no usarla simplemente porque se ensuciase fácil (que es la razón por la cual la mayoría de la gente no usa blanco). Como no me importaba mi apariencia, tampoco me importaba una mancha.
La ropa holgada y de tela fina (para tener menos calor) me dieron una sensación de mayor libertad y comodidad en mis movimientos. No importaba como me veía, sino como me sentía.
El color blanco no me gustaba si era blanco puro (el blanco más saturado). Era hiriente a la vista y se imponía con su perfección. Yo jamás iba a ser ese tipo de blanco, simplemente porque no fui buena persona anteriormente. Había manchas en mi pasado y el color blanco puro no me identificaba.
El blanco se había transformado en una variante del negro y a su vez del marrón.
Hubo dos tipos de blancos, uno que lo usaba para situaciones más cotidianas y otro, el blanco crema, que tenía una relación mucho mas cercana con el marrón.
Este color también representaba elegancia. También tenía un vínculo con el mundo de los adultos, de la parte laboral. Buscaba, igual que el marrón, respeto y poder. Pero es un respeto mucho más sumiso. No se impone, pero tampoco se deja pisotear. Aparece con sinceridad y juventud.
Es un primer paso, de la búsqueda de lo inalcanzable. Mi propio primer paso.
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Intenté apaciguar la energía excesiva (mi euforia) que tuve en la niñez. Tuve una etapa donde busqué ser una persona tierna. Quería ser adorable, como siempre había querido serlo. Me gustaban los colores claros, todos los tipos de blanco y colores pasteles. No quería ser sexy.
Estuve por mucho tiempo unida a un equipo virtual deportivo (en una página llamada "neopets") nombrado "País de las hadas". La bandera de este equipo era violeta y rosa. Al principio de mi etapa pre-adulta era el color violeta el que más me gustaba de este equipo, pero luego empezó a ser el rosa. La combinación me era simplemente adorable y hermosa.
Este equipo era la contra-cara del equipo "Darigan" (yo estuve un año en este equipo), que representaba al equipo malvado. Cuyos colores eran violeta oscuro y negro. Para mí, el "País de las hadas" pasó a ser símbolo de bondad. Por eso, a pesar de que siempre perdíamos seguía uniéndome a él cada año.
Empecé a tener una preferencia por el rosa, en vez del violeta, porque era un color más tierno. Pero como mi madre no quería comprarme objetos rosas, porque los rosas eran para mi hermanita, tuve que seguir con el violeta.
El ROSA pastel (otros rosas también), se había vuelto una obsesión. El rosa se había convertido en una variable suavizada del rojo y una consecuencia del violeta (por lo tanto del azul).
El azul, por el cual había pasado una de mis etapas, había apaciguado y calmado, todo el rojo que llevaba dentro en mi carácter y en mis cualidades emocionales. Ese azul, creó al violeta. Y cuando quise volver a mi etapa rojiza claramente no pude, ni quise, lograrlo. Quería, que la experiencia que el azul me había traído, fuese trasmitida a este nuevo rojo, a mi rosa. Porque fue esa tristeza que pasé, la causante de que yo cambiase. Además, no olvidemos que el azul era mi zona de confort. Que el rosa tenga una relación con mi etapa azul, dice que el rosa también es una zona de confort.
Claramente, estamos hablando desde un lado más metafórico. Ya que, rojo más azul, no hace rosa. Obviamente, el blanco había sido el creador del rosa (rojo + blanco = rosa).
Sin embargo, tampoco es tan ilógico o alejado, pensar en el violeta como una variable al rosa.
De hecho el azul no había desaparecido de mi vida, porque ahora que me gustaban los colores claros, el CELESTE había tomado un cierto protagonismo.
El rosa y el celeste, eran ahora una versión más "relajada" del rojo y el azul.
Por lo tanto el ROSA y el CELESTE, eran "amigos". El rosa era mi lado más enérgico y el celeste mi lado más tranquilo. Este azul, era un azul cambiado (obviamente). El azul de mi etapa pre-adolescente, era un azul oculto. Un color íntimo. Pero ahora, era un color que me era agradable mostrar, no quería ocultarlo, pero tampoco tenía un excesivo interés por mostrarlo. Por eso digo que el rosa y el azul se hicieron amigos. Porque ambos se habían afectado el uno con el otro.
Recuerdo que tuve etapas en las que quería el pelo de rosa y otras de celeste. Ganó el rosa. Aún deseo teñirme el pelo de rosa. Aunque, las pelucas que combinan el rosa y el celeste, son una delicia visual.
El primer personaje que me brindó las enormes ganas de tener el cabello rosado fue un personaje del "Legend of Mana" de play station 1. Se puede usar como segundo jugador y era utilizado por mi hermano mayor. Le tomé mucho cariño y desde entonces que aún tengo ganas de teñirme el pelo.
Adultez (18-23 años) ............................
Finalicé mis estudios secundarios. No fue un momento triste, de hecho estaba algo desesperada por finalizarlos, quería de una vez por todas estudiar lo que realmente quería. A pesar de que fui a una escuela artística, no se le daba mucha importancia al arte y no aprendí prácticamente nada. Realmente estaba muy nerviosa y emocionada.
Empecé a ir a la universidad (Universidad Nacional de las Artes), desde entonces comencé una larga etapa de madurez que hasta hoy en día sigue progresando.
Todo era hermoso y perfecto en la universidad. El ambiente era agradable, los profesores también y todas las palabras que salían de la boca de los profesores ¡Eran importantes e interesantes! Fue una experiencia increíble.
Fue tan liberador en todos los sentidos, empezar esta nueva etapa de mi vida, que hice de la universidad mi zona de confort. Me sentía tan bien, que mi preocupación por la belleza física paso a un segundo plano, por primera vez comprendí mi verdadera belleza, lo que para mí era bello e importante. Mi belleza no se basaba en estereotipos baratos. Lo más importante es que volví a sentirme bien conmigo misma, física, emocional y mentalmente.
Adopté el color de la universidad como color propio. El VERDE MARINO se hizo mi color favorito. Desde entonces me gustan los objetos con ese color. Ahora toda mi ropa es verde marino. De verdad me gusta mucho. Es el color más invasivo hasta ahora. Es el primer color, que no solo invade lo que se ve de mí, sino también mi mundo interno. Porque este es el color, que muestra lo interno haciéndolo externo. Lo interno serían mis emociones y pensamientos. Por lo tanto eso que se exteriorizaba incluía mi intelectualidad. Quería mostrar, inconscientemente, a través de ese color, lo que estaba aprendiendo y todo lo que pensaba (mis ideas).
Al igual que el rojo y amarillo, este color demuestra energía, solo que no es una energía física, sino intelectual. Por eso, no es un color vibrante, sino más bien tranquilo. Su relación con lo íntimo, con lo de adentro, tiñe al verde y lo hace más azulado.
El BLANCO sigue apareciendo en mi vida. Sigo prefiriendo usar blanco que negro, por las mismas razones que antes.
Así que ahora soy una chica libre, inteligente que busca avanzar en la vida.
Un personaje muy marcado en mi memoria en esta etapa es "Hatsune Miku" una cantante virtual de "Vocaloid", me enamoré de ella cuando vi un vídeo en youtube de ella en el escenario como holograma. No solo era una de las cosas mas fantásticas que había visto, sino que tenía relación con mis intereses intelectuales. Además su color me cautivó. Este es un personaje que a veces verán verde marino, otras más verde estándar y otras celeste. Yo la conocí con el cabello bien verde marino.
A pesar de haber empezado una gran etapa de felicidad, me empecé a sentir realmente triste. Me sentía muy sola porque no tenia amigos, aunque la gente fuese amigable, no eran amigos de verdad, solo compañeros de clase. Mis contactos a distancia habían desaparecido de apoco con el tiempo y ya no tenía con quien hablar. Pase por lo tanto a odiar los fines de semana porque era cuando más notaba la soledad que me invadía.
Esta tristeza se fue volcando en el verde marino, volviéndose cada vez mas azulado.
A partir del segundo año de universidad, me empezaron a agarrar etapas de depresión fuertes. Al punto que los colores ya no tenían una función en mi vida, ya que no tenían un objetivo. No quería demostrar nada, porque no tenía nada que demostrar. De hecho dibujé bastante poco durante toda esta etapa adulta, en parte por falta de tiempo, pero por otro lado tampoco tenía razones para hacerlo.
Me empezó a ir mal en la universidad y siempre mínimo una vez al año sufría depresión.
Como cereza del postre, mi padre se había ido de casa para siempre. Me pegó muy fuerte, y no me dí cuenta hasta que un día un profesor me lo hizo notar. Al principio creí que había muerto, porque no había dicho que se iba. La muerte es algo que hasta hoy en día no he enfrentado realmente y me afecta increíblemente mucho. Luego el quiso volver a hablar conmigo, pero yo perdí completo interés en él. En la familia en general. Mi única esperanza es formar mi propia familia, porque la mía está muy destrozada. Así que una de las pocas razones que me mantienen de pie hoy en día, es saber que todo aquello que me falta, tal vez pueda construirlo con éxito en un futuro.
Aprendí muchas cosas de la vida estando en la universidad y con consejos dados por los profesores.
Intento hasta hoy en día ser mas independiente y dejar se sentirme atrapada donde estoy.
Mejoré un montón socialmente, pero aún me queda un largo camino por recorrer. Mi timidez está mucho mas controlada, ahora puedo mas o menos dar exámenes orales, antes era impensable.
Compro mis propias herramientas de trabajo, antes eso lo hacía algún familiar. Pregunto lo necesario, si tengo alguna duda. Volví a opinar, no con la misma euforia que cuando era niña, pero intento no quedarme callada. No tengo problemas reales para hablar con mis compañeros, sí me cuesta hacer amigos de verdad, pero por suerte aún sigo con mi grupo de amigos de la secundaria.
Uno de mis objetivos es conseguir un trabajo, pero los horarios no me lo permiten sin abondar por completo la universidad. Tampoco me siento capaz y la verdad es que soy una inútil.
Sin embargo, todo el pensamiento negativo que se me subió encima con las etapas depresivas y al empezar a desaprobar asignaturas en la universidad se calmó brutalmente este año.
Me destrabé y comencé a hacer nuevas asignaturas. Por fin avanzaba realmente en la carrera. Tuve buenas notas dentro de todo y pude finalizar todas las asignaturas con las que había quedado. Entonces empecé a sentirme más capaz de mi misma.
Todo esta situación positiva que ocurría fue reforzada por un hecho importante, me enamoré.
Me llenó de energía la vida, pero no una energía eufórica, sino una más bien calmada, relajante, pero vibrante al mismo tiempo.
Esta energía creó mayores matices del verde, inclusive me empezó a gustar el verde manzana y el verde trébol.
Comenzó un renacimiento de la felicidad. La leve aparición de un color cálido en el verde (más amarillo) es una señal de ello. Recordemos que cuando era niña, era relativamente feliz y la energía que emanaba la demostraba pintándome el cabello de amarillo.
Sin embargo, claramente no es fácil salir de tanto tiempo de angustia, pero siento que voy para mejor.
Me siento confundida, pero volví a sentir esperanzas de que me espera algo bueno, no sé exactamente qué, pero es bueno.
Bueno, por fin terminaron de leer.
Espero les haya gustado!
Muchas gracias por tomarse el tiempo para leerme.
El escrito a continuación tiene la intención de hacer un auto análisis sobre la elección que he tenido sobre los colores a lo largo de mi vida. Considero que es bastante interesante, por lo menos para mí.
Es bastante largo, espero no sea una molestia, porque me costó mucho tiempo escribirlo.
Notarán que no está escrito de la mejor forma, pero espero se pueda disfrutar y comprender igual.
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Los colores a lo largo de mi vida
Nunca he tenido un color favorito que durase inclusive hasta el día de hoy. He tenido colores favoritos, pero fueron muchos y nunca en simultáneo. Fueron etapas, cada color significó una etapa de mi vida. Hubo también cierto cariño hacía algunos colores que estuvieron en segundo plano.
Haré una división cronológica de 4 etapas en mi vida según el color predominante. Hablaré sobre mi carácter y la conexión emocional que existe entre el color y la presión social ante la belleza.
(Puede que la nomenclatura de las etapas no sean las mas adecuadas, pero tenía que ponerles un nombre).
Niñez (0-11 años):............................
- Cuando era pequeña mi color favorito era el ROJO. En ese entonces yo era un niña eufórica, enérgica, muy sociable, confiada, bruta y egoísta. Yo, en esa época, me sentía bella (sentirse bella), jamás había pensando en la posibilidad de ser fea. Esto puede notarse en fotografías donde salgo con sonrisas exageradas (no olvidemos que era eufórica).
Siempre he sido una persona que gusta de dibujar. Así que siempre he tenido una colección de lapices de colores completa. Noté entonces, que los colores que más usaba en esa época, eran los colores cálidos: el rojo, el naranja y el amarillo. Incluido colores claros, como el celeste y el rosa. Por lo tanto, los lapices de otros colores me quedaban largos, me sobraban, casi estaban sin usar, mientras que los cálidos, siempre estaban chicos (a veces era incómodo pintar por lo pequeños que eran).
Siempre ha sido una curiosidad notar que todos los dibujos hechos de pequeña de mí tenían mi cabello amarillo ¿Por qué siempre me dibujaba rubia? Hoy en día por nada del mundo me teñiría el pelo de rubio (simplemente no me gusta). El cabello rubio es una fuerte característica de mis personajes inventados, la mayoría son rubios, inclusive hasta hoy en día. Había hasta hecho toda una teoría de que yo quería ser rubia porque en otra vida lo fui (es que era un dato muy curioso). Entonces en una charla normal con mi hermano, surgió la idea de que en realidad, no intentaba representar la realidad en mis dibujos, sino que quizás quería representar la energía, o que simplemente era porque el color me gustaba. Ahí noté mi preferencia por estos colores en mi paleta de lapices.
Definitivamente tenía una conexión con mi personalidad y cómo me sentía emocionalmente. Es cierto, que podría ser, que muchos personajes de dibujos animados que veía de chica, influenciaran en esta elección. Pero no lo creo así, creo que yo los elegía a ellos por tener el color de pelo que prefería ver. De hecho, de chica, jamás pensé en cambiarme el color de pelo. A mí, mi cabello me gustaba un montón, era hermoso, largo y castaño oscuro. Todo el mundo me halagaba por mi cabello, por lo tanto esa no era la razón.
Los personajes que se me vienen a la cabeza de ese entonces rubios son:
Angélica, de "aventuras en pañales". Serena, de "Sailor Moon". Nadja, de "Nadja del mañana". Pikachu, de "Pokémon". Cloud, del juego "Final Fantasy VII".
No eran los únicos personajes que me gustaban mucho de esas series o vídeo-juegos, pero claramente había una preferencia a que quedasen en mi memoria por tener pelo rubio.
Había una clara conexión entre el amarillo y el cabello. Porque no tenía preferencia al amarillo en otro tipo de cosas.
Para otras cosas, prefería usar el naranja. Como podría ser la ropa o las flores que pintaba.
Sin embargo, creo que el color más importante para mí, era el rojo. El rojo lo utilizaba para todo aquello que me gustase llevar puesto, yo me identificaba con el color rojo. Si alguien me preguntaba ¿Cuál es tu color favorito? Respondía "¡Rojo!", lo respondía con ganas. Todo lo que compraba, era mas llamativo si tenía rojo. La mochila, cuadernos, pulseras, collares, vestidos, etc. Yo quería que ese color fuese visto, no como el caso del amarillo, donde no me importaba si tenía encima amarillo o no lo tenía. Todo lo rojo para mí era atractivo (llamativo) y bello. Esta especial preferencia hacia el rojo podría notarse por ejemplo, en mi collar rojo con cascabel de "Mew Mew Power", en esa serie el collar es rojo, pero solo cuando la protagonista es humana, cuando se transforma, pasa a ser rosa. Y sin embargo, a pesar de eso, yo prefería la versión roja. De hecho en mi memoria, recuerdo más el cabello rojizo de la protagonista, que el rosa que consigue al transformarse.
Lo mismo ocurría con la ropa de "Inuyasha", que era roja. El collar de "Nadja", que era principalmente rojo. Todas estos objetos, fueron principalmente recordados en mi infancia por ser rojos. Quiero que se entienda la importancia de este hecho, porque más tarde en mi vida, no ocurre igual, no es una mera coincidencia o algo que tiene que ver solo con mis gustos.
El rojo por lo tanto, era aquello que se veía de mí. Mi sociabilidad, mi euforia y mi rudeza.
Por eso hoy en día digo "Cuando era una niña de rojo (cuando era chiquita) hablaba con todo el mundo, yo no tenía miedo de hablar con la gente (era sociable y eufórica)".
Era una niña bastante feliz y enérgica, a pesar de haber pasado por diversas situaciones complicadas (que terminaron afectando más mi futuro que aquel presente que viví).
También quiero hablar sobre el color MARRÓN.
El marrón, en ese entonces, era un color inalcanzable. Era el color de los adultos. La ropa de ese color, no estaba pensada para los niños. Sin embargo, los tiempos pasaron muy rápido. Lo que en ese entonces era común, dejó de serlo cuando crecí. Los niños usaban ropas distintas a los adultos, y cuando crecías usabas la ropa de tu madre. Pero nunca pude hacer eso, porque la ropa de mis adultos pasaron de moda antes de que esto ocurriese.
El marrón para mí significaba elegancia. Todas las pieles de animales y el estampado de leopardo, eran para mí de alta categoría y los codiciaba. Por supuesto que el leopardo tenía un significado particular para los adultos, pero yo a esa edad no entendía ¿Por qué no podía tener sábanas con la trama de leopardo o por qué ninguna ropa mía podía tenerla? Por si acaso aclaro que tenía una connotación sexual, la cual ignoraba totalmente.
De chiquita, yo deseaba de algún modo ser adulta y tener poder. Quería respeto, porque eso significaba ser adulto, que te respetasen. Comprar lo que "quisieras". Vivir donde "quisieras".
De esta variable, sale el color BEIGE. ¿Cuál es la conexión entre el marrón y el beige para decir que es una variable de la misma? La elegancia. El beige, era un color más accesible. Se veía en ropa de invierno. Al no ser un color oscuro, era considerado apto para una niña.
Una de mis primeras prendas marrones, fue una regalada por un amigo en un cumpleaños. Era marrón y beige. Fue mi remera favorita por mucho tiempo. Además, la remera, que para mí era símbolo de elegancia, fuese regalada por alguien de excelente posición económica, era todo un símbolo.
No tengo mucho para decir de este color, pero es importante, porque hasta hoy en día sigue teniendo el mismo valor para mí. Lo que para muchos puede ser un color aburrido o sucio, para mí es un color elegante, poderoso (económicamente hablando) y estable (emocionalmente y económicamente hablando).
De alguna forma, que hoy en día, siga teniendo un interés por ese color, es seguir teniendo interés en mi niñez. Es como si el marrón fuese un acceso directo a mi infancia. El cual no deja de recordarme lo inalcanzable. Lo que es inalcanzable, no por voluntad propia, sino por imposición.
Que aún yo sienta, que el marrón sigue siendo un color difícil de conseguir, es sinónimo de que aún no he crecido, que me siento atrapada ¿Por qué en vez de simplemente conseguirlo... aún lo veo con añoranza? ¿Por qué ahora que puedo obtenerlo, no lo tengo? ¿Es que ya no me interesa? Claro que aún me interesa. Solo que ahora, por diversas cosas de la vida, tengo miedo de capturarlo. El significado simbólico que conlleva implica mucha responsabilidad y pasos firmes a seguir. Yo aún, hoy en día, no me siento como el marrón. No me siento capaz.
Una frase que digo hoy en día con respecto al color marrón es: "Cuando era una niña marrón (cuando era chiquita y pensaba) decía cosas que, por ser pequeña, no eran tomadas enserio (buscaba respeto por lo que contaba). Pero que tenían gran importancia. Cuando crecí me di cuenta, que lo que decía lo habían dicho ya personas importantes de la historia".
Pre-Adolescencia (11-15 años): ..................
-Aquí ocurre un quiebre en mi vida, en muchos aspectos. Para que se hagan una idea mi color favorito empezó a ser el AZUL, aunque el más notorio y presente fue el NEGRO. Fue sin embargo un proceso y no un cambio de un día a otro. De hecho, fue un cambio doloroso para mi persona.
Mi cuerpo, por cuestiones naturales, empezó a desarrollarse demasiado rápido, dejándome a la imagen de la sociedad como una prostituta. Así fue como me sentí. De repente me sentía muy observada y era constantemente atacada con comentarios respecto a mí físico. Me hacían notar cosas que jamás había notado o me hacían comentarios que para mi gusto estaban totalmente fuera de lugar.
De repente, todas mis características físicas estaban a la disposición de todo el mundo para ser comentadas. No sucedía como antes, donde la crítica iba dirigida hacia mi personalidad o hacia mí (como entidad). Antes me decían "Eres egoísta", "No eres muy buena", "Dame un consejo", etc. Ahora (en mi pre-adolescencia) me dicen "Tus zapatillas son poco femeninas", "Usa esto, te verás mejor", "Sí bajases de peso, serías sexy", "Lo que usas es ridículo", etc. Esto fue un cambio, muy brutal para mí. Yo aún tenía mucho para decir o mucho para mostrar de mí misma, sin embargo las personas que me rodeaban se concentraban en mí nuevo físico. Era muy frustrante. Sí quería decir algo de importancia o compartir un momento con alguien, tenía que primero ser aceptaba físicamente. Es horrible lo que acabo de decir, pero seguro que no era la única que sufría esto.
De hecho, hasta parece un tema muy común de la adolescencia.
Subí bastante de peso, el médico me había dicho que necesitaba comer mas... Así qué, eso hice.
Por lo tanto, no solo estaba desarrollada, también estaba gorda.
Mentalmente yo aún seguía pensando y teniendo los mismos simbolismos de mi infancia rojiza, pero las cosas habían cambiado.
Quiero aclarar, que el rojo, al ser el color de lo que quiero que sea visto, era símbolo de importancia.
Me cambiaron de colegio y pase de hablar con todo el mundo a tener tan solo 1 amiga.
Cuando recién ingresé, hablaba con confianza. Pero de a poco la fui perdiendo. Porque ser tan eufórica y tener tanta confianza con todos, parecía (para la gente) una cualidad extraña y negativa. También sucedía que la gente perdía interés en hablar conmigo, así que tampoco hablaba mucho con ellos. Tener mis propias ideas, también parecía ser malo, así que me fueron acallando de a poquito.
(primera etapa).
Al principio era bastante peleadora. Me gustaba el juego bruto, empujaba y golpeaba. No era con verdadera malicia, simplemente a veces al correr de un lado a otro (en el recreo) empujaba a los más pequeños y cuando me hacían enojar mucho daba golpes o gritaba.
Tengo que aclarar, que la violencia en mi casa, era algo cotidiano. Así que no era raro que afectara mi comportamiento.
Empecé a sentir odio hacia la gente que me rodeaba, por decirme cosas desagradables.
Entonces me empezaron a castigar por cada fechoría que hacía. Me empece a sentir reprimida, porque en cada injusticia que sentía la castigada terminaba siendo yo.
Pasé de hacer bullying a los demás, a que ellos me lo hicieran a mí. Como no podía defenderme, me quedé callada. Con el tiempo todos estos ataques me empezaron a afectar y empecé a sentirme impotente y fea.
Mis gustos empezaron a afectar mi relación con los demás. Que me gustase el anime y los vídeo-juegos me alejó de mis compañeros.
Al empezar a sentirme fea, dejé de querer exponerme. Basta de sonrisas (tenía los dientes chuecos, esa era la razón por la cual no sonreía. De chiquita también los tenía así, solo que ahora me afectaba), nada de accesorios llamativos.
Esto significó en mi vida "basta de rojo". Basta, no quiero ser mas observada. No quiero ser más criticada.
Un día llevé al colegio puesto mi collar rojo con cascabel de "Mew Mew Power". Este collar era muy importante para mí, tenía un valor simbólico muy fuerte. Pero cuando lo lleve, la gente se empezó a burlar de mí, a pesar de que yo quería llevarlo con orgullo. Me trataron de gata, de manera despectiva. Decían que era raro, etc. Y por primera vez, en ves de mostrar mi "lado rojizo", lo oculté. Nunca más lo use en público. Ni hablé de él.
(segunda etapa).
Desde entonces, las cosas que me importaban las ocultaba. Ya que no eran apreciadas por los demás. Así que el color rojo, solo lo usaba para cosas muy simbólicas o importantes. Como podría ser dibujar corazones cuando le hacia un dibujo a mi cyber pareja. Para mí el amor, es algo importante. De hecho el sueño de mi vida es tener pareja, vivir juntos y ser felices para siempre.
Me empecé a sentir muy sola y en ese proceso de soledad también me volví muy tímida.
El color rojo me dejó de gustar. Mi nuevo uniforme del colegio llevaba rojo y verde. Era una camisa roja y una pollera escocesa. Espantoso. No sé si este dato sea importante, pero podría ser. Ya que es un uniforme que me exponía más de lo que quería. Ahora que tenía pollera tampoco podía correr libremente por el patio cuando era recreo. Tampoco se nos permitía. Ahora eramos "grandecitos".
Ya no tenía interés por los objetos rojos. Me empezaron a interesar más los objetos de color AZUL.
Yo sabía que la ropa rojiza combinaba con el color de mi piel, que me quedaba excelente como color, pero realmente ya no lo prefería. En cambio, el azul parecía ser mas amigable conmigo. Empatizaba mejor con mi situación sentimental.
Mi relación con este color fue muy distinta a la anterior. Estos nuevos objetos que tenía no los obtenía para que fuesen vistos. Eran objetos solo para mí, objetos íntimos. El azul me hacía sentir en una zona de confort. Era el color de la protección, la soledad y la tristeza.
Por esto mismo, las personas que me conocen, puede que no recuerden mi conexión con este nuevo color. Ya que era un color solo para mí, no tenía intenciones de que fuese recordado por otros.
A partir de aquí, en mi colección de lapices, se empezó a notar una preferencia por dejar de usar los colores cálidos poco a poco. Aunque aún los usaba, por lo general cuando dibujaba eran dibujos felices, pero cuando eran dibujos tristes utilizaba colores fríos. Esto terminó siendo lo más cotidiano.
Me empezó a gustar mucho más el agua. El agua compartía mis sentimientos. Considero al azul, como el color que representa una "huida emocional". Esta conexión con el agua, sigue siendo importante para mí hasta hoy en día y el tema de la huida emocional sigue siendo protagonista de muchas de mis obras universitarias. Esa necesidad de expresar "no soporto la realidad, me quiero ir".
Seguramente, mis lectores, piensen que el color NEGRO lo usaba porque me sentía triste. Se lo relacionaba mucho con la tribu urbana "emo", que en aquel entonces era muy popular. De hecho, muchos compañeros pensaban así. Pero no era así. Nada que ver.
Yo usaba ropas que cubrían mucho mi cuerpo. Pero, eso se debía a mi timidez. No tenía conexión directa con que usase negro.
Para mí el negro, era un color bello. El negro, pasó a ser una variante del marrón. Era un color elegante, pero actual. No se relacionaba con lo antiguo. Además, a la gente le gustaba mucho, porque era el color de la noche y te hacía adelgazar.
Con este color podía cubrirme todo el cuerpo y verme bien. No era lo que me interesaba, pero eran las consecuencias. Me vestía completamente de negro. Solo y únicamente de negro.
Estaba bueno, porque yo podía salir y no llamar la atención (claramente con el tiempo, me empezaron a calificar como deprimente por usar solo negro, pero eso es más adelante).
Así que, fui recordada más por vestirme de negro, que por mi elección por el azul.
(tercera etapa).
Luego vino el climax de esta etapa pre-adolescente. Es por esta etapa que yo puedo decir, que al considerarme fea, intenté verme bella. Pasé de sentirme bella a no sentirme así y por lo tanto buscar la aprobación de los demás y de mí misma para serlo. Aunque esto fue también así antes (en la primera y segunda etapa de mi pre-adolescencia), este es el momento en que mas se nota.
Empecé a salir más, eso significa salida con amigos. No a bailar, no a beber. Era más bien ir a Unicenter, caminar, o ir a la casa de alguno de ellos. Había logrado un grupo de amigos. Aunque sinceramente, no era el mejor. De hecho ya no me junto con ellos y creo que si no fuera por mi mejor amiga, ellos no me querrían dentro del grupo.
Fue horrible, yo intenté ser un poco más sexy en la búsqueda de esa belleza y aceptación. Este método fue mostrando un poco más de cuerpo, tener ropa más arreglada y ajustada y también maquillándome.
Nunca llegué a ningún extremo, porque claramente era tímida y no era lo que quería. Solo quería sentirme bonita otra vez y no sabía cómo. No me gustaban las fotografías y no soportaba los comentarios de "halago" o "desagrado" por mi aspecto.
A lo último empezó a aparecer el VIOLETA entre el negro de mi ropa. Como un intento fallido de renacer aquel muerto rojo manchado por la realidad del momento. No somos colores puros, nos vamos manchando, siempre dejando un rastro de lo que alguna vez fuimos. El violeta, era el resultado de un rojo enfermo. Enfermo por el azul de mi tristeza. Y el negro, fue un intento de no perder la compostura.
Pre-adultez (15-18 años) ..........................
Luego de los 15 empecé una etapa donde ya había aceptado que no era linda. Renuncié a sentirme bella. Empecé a usar cualquier tipo de ropa, por más mal que quedase, mientras fuese cómoda para mí era válida. No me cubría tanto como antes con intenciones de no mostrarme, era más bien que al sentirme más cómoda con ropas largas y holgadas, empecé a hacerlas "parte de mi estilo".
Para este entonces definitivamente habían desaparecido de mi paleta de colores los colores cálidos.
El VIOLETA se había vuelto el color visible y mi color favorito. Absolutamente todo lo que me rodeaba era violeta, mi ropa era puro violeta y negro, no había otro color.
Sin embargo como había dicho anteriormente, el color negro empezó a calificarme como deprimente para los demás. Empecé a tener salidas de día y no de noche. Salir toda de negro bajo el sol ardiente, definitivamente te hacía ver raro. Ya no era tan disimulado el color si todos me iban a estar señalando por vestirme de negro y además tampoco era cómodo porque me daba mucho calor.
Me volví a cambiar de colegio, fue un cambio positivo, había entrado a un colegio de artes, que era lo que quería desde chiquita.
Aquí encontré un nuevo grupo de amigos, está vez era uno mucho mas verdadero. Me volví a sentir querida por lo que era.
Mi lado eufórico volvió. Pero algo había cambiado definitivamente. Empecé a sentirme culpable por mis acciones pasadas y esto hizo que no quisiera volver a ser "una mala persona". No quería golpear ni insultar a nadie. No quería que nadie se alejase de mí, después de todo, por fin tenía amigos con los cuales sentirme bien. Podía compartir mis gustos y en realidad no tenía mucho que ocultarles.
Comencé un largo camino en la búsqueda de ser una buena persona.
¿En qué me afectó esto? Se preguntarán. Pues en los colores, por supuesto.
El violeta siguió siendo mi color favorito por mucho tiempo, solo que ahora no cubría toda la superficie de mi vestimenta. Más bien acompañaba otros colores.
Entonces apareció el BLANCO, como variable del negro (por lo tanto del marrón). Su aparición fue progresiva hasta eliminar casi por completo al negro.
En esta transición de pasar de ser una mala persona a una buena, me empezó a gustar la combinación del color negro y blanco juntos. Como el Ying y el Yang. Al principio dominaba el negro, luego empataron y por último terminó ganando el blanco.
Con el tiempo el negro perdió casi completo interés en mí. Por supuesto me sigue gustando, pero nada que ver a antes.
Para mí, el blanco era símbolo de pureza, belleza y libertad. Usar el blanco, era tomar consciencia de que iba a ser fácil mancharme. La libertad tiene sus consecuencias. El blanco no es perfecto, yo tenía que aceptar que no era perfecta. No podía estar siempre pendiente de si mi ropa se iba a ensuciar y no iba a no usarla simplemente porque se ensuciase fácil (que es la razón por la cual la mayoría de la gente no usa blanco). Como no me importaba mi apariencia, tampoco me importaba una mancha.
La ropa holgada y de tela fina (para tener menos calor) me dieron una sensación de mayor libertad y comodidad en mis movimientos. No importaba como me veía, sino como me sentía.
El color blanco no me gustaba si era blanco puro (el blanco más saturado). Era hiriente a la vista y se imponía con su perfección. Yo jamás iba a ser ese tipo de blanco, simplemente porque no fui buena persona anteriormente. Había manchas en mi pasado y el color blanco puro no me identificaba.
El blanco se había transformado en una variante del negro y a su vez del marrón.
Hubo dos tipos de blancos, uno que lo usaba para situaciones más cotidianas y otro, el blanco crema, que tenía una relación mucho mas cercana con el marrón.
Este color también representaba elegancia. También tenía un vínculo con el mundo de los adultos, de la parte laboral. Buscaba, igual que el marrón, respeto y poder. Pero es un respeto mucho más sumiso. No se impone, pero tampoco se deja pisotear. Aparece con sinceridad y juventud.
Es un primer paso, de la búsqueda de lo inalcanzable. Mi propio primer paso.
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Intenté apaciguar la energía excesiva (mi euforia) que tuve en la niñez. Tuve una etapa donde busqué ser una persona tierna. Quería ser adorable, como siempre había querido serlo. Me gustaban los colores claros, todos los tipos de blanco y colores pasteles. No quería ser sexy.
Estuve por mucho tiempo unida a un equipo virtual deportivo (en una página llamada "neopets") nombrado "País de las hadas". La bandera de este equipo era violeta y rosa. Al principio de mi etapa pre-adulta era el color violeta el que más me gustaba de este equipo, pero luego empezó a ser el rosa. La combinación me era simplemente adorable y hermosa.
Este equipo era la contra-cara del equipo "Darigan" (yo estuve un año en este equipo), que representaba al equipo malvado. Cuyos colores eran violeta oscuro y negro. Para mí, el "País de las hadas" pasó a ser símbolo de bondad. Por eso, a pesar de que siempre perdíamos seguía uniéndome a él cada año.
Empecé a tener una preferencia por el rosa, en vez del violeta, porque era un color más tierno. Pero como mi madre no quería comprarme objetos rosas, porque los rosas eran para mi hermanita, tuve que seguir con el violeta.
El ROSA pastel (otros rosas también), se había vuelto una obsesión. El rosa se había convertido en una variable suavizada del rojo y una consecuencia del violeta (por lo tanto del azul).
El azul, por el cual había pasado una de mis etapas, había apaciguado y calmado, todo el rojo que llevaba dentro en mi carácter y en mis cualidades emocionales. Ese azul, creó al violeta. Y cuando quise volver a mi etapa rojiza claramente no pude, ni quise, lograrlo. Quería, que la experiencia que el azul me había traído, fuese trasmitida a este nuevo rojo, a mi rosa. Porque fue esa tristeza que pasé, la causante de que yo cambiase. Además, no olvidemos que el azul era mi zona de confort. Que el rosa tenga una relación con mi etapa azul, dice que el rosa también es una zona de confort.
Claramente, estamos hablando desde un lado más metafórico. Ya que, rojo más azul, no hace rosa. Obviamente, el blanco había sido el creador del rosa (rojo + blanco = rosa).
Sin embargo, tampoco es tan ilógico o alejado, pensar en el violeta como una variable al rosa.
De hecho el azul no había desaparecido de mi vida, porque ahora que me gustaban los colores claros, el CELESTE había tomado un cierto protagonismo.
El rosa y el celeste, eran ahora una versión más "relajada" del rojo y el azul.
Por lo tanto el ROSA y el CELESTE, eran "amigos". El rosa era mi lado más enérgico y el celeste mi lado más tranquilo. Este azul, era un azul cambiado (obviamente). El azul de mi etapa pre-adolescente, era un azul oculto. Un color íntimo. Pero ahora, era un color que me era agradable mostrar, no quería ocultarlo, pero tampoco tenía un excesivo interés por mostrarlo. Por eso digo que el rosa y el azul se hicieron amigos. Porque ambos se habían afectado el uno con el otro.
Recuerdo que tuve etapas en las que quería el pelo de rosa y otras de celeste. Ganó el rosa. Aún deseo teñirme el pelo de rosa. Aunque, las pelucas que combinan el rosa y el celeste, son una delicia visual.
El primer personaje que me brindó las enormes ganas de tener el cabello rosado fue un personaje del "Legend of Mana" de play station 1. Se puede usar como segundo jugador y era utilizado por mi hermano mayor. Le tomé mucho cariño y desde entonces que aún tengo ganas de teñirme el pelo.
Adultez (18-23 años) ............................
Finalicé mis estudios secundarios. No fue un momento triste, de hecho estaba algo desesperada por finalizarlos, quería de una vez por todas estudiar lo que realmente quería. A pesar de que fui a una escuela artística, no se le daba mucha importancia al arte y no aprendí prácticamente nada. Realmente estaba muy nerviosa y emocionada.
Empecé a ir a la universidad (Universidad Nacional de las Artes), desde entonces comencé una larga etapa de madurez que hasta hoy en día sigue progresando.
Todo era hermoso y perfecto en la universidad. El ambiente era agradable, los profesores también y todas las palabras que salían de la boca de los profesores ¡Eran importantes e interesantes! Fue una experiencia increíble.
Fue tan liberador en todos los sentidos, empezar esta nueva etapa de mi vida, que hice de la universidad mi zona de confort. Me sentía tan bien, que mi preocupación por la belleza física paso a un segundo plano, por primera vez comprendí mi verdadera belleza, lo que para mí era bello e importante. Mi belleza no se basaba en estereotipos baratos. Lo más importante es que volví a sentirme bien conmigo misma, física, emocional y mentalmente.
Adopté el color de la universidad como color propio. El VERDE MARINO se hizo mi color favorito. Desde entonces me gustan los objetos con ese color. Ahora toda mi ropa es verde marino. De verdad me gusta mucho. Es el color más invasivo hasta ahora. Es el primer color, que no solo invade lo que se ve de mí, sino también mi mundo interno. Porque este es el color, que muestra lo interno haciéndolo externo. Lo interno serían mis emociones y pensamientos. Por lo tanto eso que se exteriorizaba incluía mi intelectualidad. Quería mostrar, inconscientemente, a través de ese color, lo que estaba aprendiendo y todo lo que pensaba (mis ideas).
Al igual que el rojo y amarillo, este color demuestra energía, solo que no es una energía física, sino intelectual. Por eso, no es un color vibrante, sino más bien tranquilo. Su relación con lo íntimo, con lo de adentro, tiñe al verde y lo hace más azulado.
El BLANCO sigue apareciendo en mi vida. Sigo prefiriendo usar blanco que negro, por las mismas razones que antes.
Así que ahora soy una chica libre, inteligente que busca avanzar en la vida.
Un personaje muy marcado en mi memoria en esta etapa es "Hatsune Miku" una cantante virtual de "Vocaloid", me enamoré de ella cuando vi un vídeo en youtube de ella en el escenario como holograma. No solo era una de las cosas mas fantásticas que había visto, sino que tenía relación con mis intereses intelectuales. Además su color me cautivó. Este es un personaje que a veces verán verde marino, otras más verde estándar y otras celeste. Yo la conocí con el cabello bien verde marino.
A pesar de haber empezado una gran etapa de felicidad, me empecé a sentir realmente triste. Me sentía muy sola porque no tenia amigos, aunque la gente fuese amigable, no eran amigos de verdad, solo compañeros de clase. Mis contactos a distancia habían desaparecido de apoco con el tiempo y ya no tenía con quien hablar. Pase por lo tanto a odiar los fines de semana porque era cuando más notaba la soledad que me invadía.
Esta tristeza se fue volcando en el verde marino, volviéndose cada vez mas azulado.
A partir del segundo año de universidad, me empezaron a agarrar etapas de depresión fuertes. Al punto que los colores ya no tenían una función en mi vida, ya que no tenían un objetivo. No quería demostrar nada, porque no tenía nada que demostrar. De hecho dibujé bastante poco durante toda esta etapa adulta, en parte por falta de tiempo, pero por otro lado tampoco tenía razones para hacerlo.
Me empezó a ir mal en la universidad y siempre mínimo una vez al año sufría depresión.
Como cereza del postre, mi padre se había ido de casa para siempre. Me pegó muy fuerte, y no me dí cuenta hasta que un día un profesor me lo hizo notar. Al principio creí que había muerto, porque no había dicho que se iba. La muerte es algo que hasta hoy en día no he enfrentado realmente y me afecta increíblemente mucho. Luego el quiso volver a hablar conmigo, pero yo perdí completo interés en él. En la familia en general. Mi única esperanza es formar mi propia familia, porque la mía está muy destrozada. Así que una de las pocas razones que me mantienen de pie hoy en día, es saber que todo aquello que me falta, tal vez pueda construirlo con éxito en un futuro.
Aprendí muchas cosas de la vida estando en la universidad y con consejos dados por los profesores.
Intento hasta hoy en día ser mas independiente y dejar se sentirme atrapada donde estoy.
Mejoré un montón socialmente, pero aún me queda un largo camino por recorrer. Mi timidez está mucho mas controlada, ahora puedo mas o menos dar exámenes orales, antes era impensable.
Compro mis propias herramientas de trabajo, antes eso lo hacía algún familiar. Pregunto lo necesario, si tengo alguna duda. Volví a opinar, no con la misma euforia que cuando era niña, pero intento no quedarme callada. No tengo problemas reales para hablar con mis compañeros, sí me cuesta hacer amigos de verdad, pero por suerte aún sigo con mi grupo de amigos de la secundaria.
Uno de mis objetivos es conseguir un trabajo, pero los horarios no me lo permiten sin abondar por completo la universidad. Tampoco me siento capaz y la verdad es que soy una inútil.
Sin embargo, todo el pensamiento negativo que se me subió encima con las etapas depresivas y al empezar a desaprobar asignaturas en la universidad se calmó brutalmente este año.
Me destrabé y comencé a hacer nuevas asignaturas. Por fin avanzaba realmente en la carrera. Tuve buenas notas dentro de todo y pude finalizar todas las asignaturas con las que había quedado. Entonces empecé a sentirme más capaz de mi misma.
Todo esta situación positiva que ocurría fue reforzada por un hecho importante, me enamoré.
Me llenó de energía la vida, pero no una energía eufórica, sino una más bien calmada, relajante, pero vibrante al mismo tiempo.
Esta energía creó mayores matices del verde, inclusive me empezó a gustar el verde manzana y el verde trébol.
Comenzó un renacimiento de la felicidad. La leve aparición de un color cálido en el verde (más amarillo) es una señal de ello. Recordemos que cuando era niña, era relativamente feliz y la energía que emanaba la demostraba pintándome el cabello de amarillo.
Sin embargo, claramente no es fácil salir de tanto tiempo de angustia, pero siento que voy para mejor.
Me siento confundida, pero volví a sentir esperanzas de que me espera algo bueno, no sé exactamente qué, pero es bueno.
Quiero salir de esta prisión para entrar en una gran y hermosa gama de colores armoniosos que representen un futuro espléndido por venir.
Les voy a dejar una canción que va perfecto con el final de esta entrada:
https://www.youtube.com/watch?v=YX-IJufDNGg
Así, les dejo un final feliz.
https://www.youtube.com/watch?v=YX-IJufDNGg
Así, les dejo un final feliz.
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Bueno, por fin terminaron de leer.
Espero les haya gustado!
Muchas gracias por tomarse el tiempo para leerme.
Saludos! Cualquier consulta pueden hacerla en los comentarios, les contestaré con gusto.
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