La valoración social

Quería hacer una pequeña reflexión sobre algo que he sufrido toda mi vida, la valoración social que hacen de ti.

No me estoy refiriendo a la que ocurre naturalmente por convivir como seres sociales, sino aquel mecanismo social que nos hemos impuesto como norma y que escapa a nuestras individualidades y deseos.
Me refiero a la valoración numérica de logros obligatorios o "voluntarios" que nunca pedimos lograr pero por los cuales  serás juzgado duramente.

Dejando de lado el ámbito familiar, nuestra primera socialización se da en el ámbito escolar. Ingresando a muy temprana edad es cuando comenzamos a ser calificados, al principio con una carita feliz o triste, cosa que sabemos que puede afectar seriamente el estado anímico de un niño, ya que si no logra lo que se le exige, pensará que eso es significado de tristeza, que está mal y sus resultados serán sinónimo de tristeza o alegría, para el niño significará "yo te he puesto triste".
La cosa se pone, "seria", cuando nuestra valorización se marca con un número, en Argentina la calificación va del 1 (la peor nota) al diez (la mejor nota). Ya ni siquiera es que pongas o no triste a alguien, el significado es más profundo y tiene que ver con si eres o no un fracasado. El castigo es mucho más duro que simplemente reprobar. Lo que ocurre es el aislamiento social, porque mientras tus compañeros avanzan al siguiente curso, tú te quedas atrás, aunque no exista algo como atrás o adelante, tú sientes eso, que te atrasaste porque no has podido avanzar, porque eres un fracasado y no es algo que te remarque únicamente la institución, tus compañeros también tendrán una mirada juzgadora sobre ti por ser un repetidor. El pensamiento más común que tendrán es creer que eres tonto, pero es que, el cambio más notorio es la edad, porque en esa etapa de la vida, un año de diferencia es visible, pareces un adulto para el resto y te ves extraño. Más encima, el tiempo que le dedicabas a tus compañeros en clases se verá reducido al tiempo del recreo.
Lo más terrible, es que ese año que te atrasaste no lo puedes recuperar, siempre estarás atrasado, es un error que no te permiten corregir. Claro que existe la posibilidad de que te adelanten de año, pero son casos extraordinarios, no suelen ocurrir.

Ahora bien, una vez dentro del mundo numérico, notarás que empiezas a ser comparado con todo tu curso. Incluso este podría dividirse según las notas de cada individuo. Por lo general se los conoce como "el grupo que no hace nada" "el grupo normal" y "el grupo nerd, los sabelotodo". ¿Se dan cuenta de lo horrible que es con solo nombrarlos? Existe, además de la clara envidia, un reduccionismo de la persona y una exaltación exagerada de los altos resultados, a los cuales se le dicen "buenos resultados". Cómo verán la idea de lo que está bien y lo que está mal sigue como si nada.
Los números nos unen y nos dividen, tienen un papel fundamental en nuestro comportamiento.
De hecho, nuestra identidad está a la misma altura que nuestras notas, si alguna vez han visto la planilla de calificaciones de algún profesor lo habrán notado. Nombre, apellido y a continuación la nota.
Para no ir más lejos, tenemos lo conocido como boletín, un papel donde ponen las notas finales de cada asignatura en cada momento del año. Aquí el año se divide en trimestres, se suman las notas y dividiéndose por 3 obtienes el resultado, si era igual o mayor a 7, estabas aprobado.

Recordemos que una mala calificación podía desencadenar el enojo en tu entorno familiar, a veces la situación podía volverse muy violenta por esto y en otras simplemente te prohibían salir ( siendo que eres un ser social) para normalizar la frase "Hay que sentar el culo en la silla y estudiar", dando completamente igual si las horas que le dedicabas al estudio eran o no sanas para tu salud física y mental.
Así fue como, ante el miedo, preferimos mentirle a nuestra propia familia en vez de enseñar una nota y sentirnos culpables de querer disfrutar un evento si habíamos tenido malas notas y no estábamos estudiando.

Ahora bien, lo que nadie pensaba a esa edad, es que la frustración familiar era completamente comprensible, nuestra familia perdía dinero para que pudiésemos estudiar, incluso si tuviste educación pública, el viático, la ropa, los útiles escolares, la comida, también era dinero invertido en ti.  Un dinero que consiguieron con su tiempo valioso y sudor. Así que vuestra familia, pensando en vuestro futuro, solo querían lo mejor.

Ahora bien, aquello que era lo mejor, no eran ni los logros que querían ver cumplidos nuestra familia ni los nuestros propios. Querer aprobar la escuela satisfactoriamente no es lo mismo que hacerlo a partir de objetivos impuestos por la institución, el deseo familiar es un mejor futuro, pero no garantiza realmente un mejor futuro aprobar la primaria y la secundaria. Mucha gente termina la secundaria habiendo hecho trampa en muchos de sus exámenes y muchos otros simplemente se olvidan de la mayor parte de lo que han estudiado. También muchos adquieren rechazo hacia ciertas asignaturas o al estudio en sí, lo que determina en gran medida su relación con el estudio universitario.
¿Cuales podrían ser nuestros objetivos personales? Tener gran interés en determinada área pero no poder desarrollar ese interés dentro de las exigencias de la escuela. A veces el estudiante tiene más habilidad o interés que sus compañeros de clase y debe verse limitado a la equidad del curso.
No solo es la habilidad, sino la forma de estudio, no todos logramos resultados satisfactorios con los mismos métodos de estudio y las mismas actividades en la misma cantidad de tiempo.
Muchas personas nos vemos forzados a participar de exámenes orales, incluso teniendo pánico escénico o ansiedad social, sin jamás haberle dedicado el tiempo necesario para tratar esta problemática en la escuela. Tratarlo de manera profesional, aprender a proyectar la voz y comunicar ideas claras, es algo que se aprende, pero jamás se enseña.

El sistema número es altamente cruel, porque mientras se desprecia y se reta a quien tiene baja calificación, a la persona con alta calificación se la apremia, con elogios y becas, mientras que a la persona que aprueba con la nota justa no se le dice nada "así es como debe ser" sin importar lo difícil que le haya podido ser conseguir esa nota, sin importar el sacrificio personal.
Solo quienes tienen mejores notas pueden ser abanderados o conseguir becas. Te están diciendo, tú no puedes representar al país o a la institución si no eres el mejor, a pesar de quizás tener un inmenso deseo por hacer esta acción, mientras, que por lo general, las personas asignadas no quieren ser abanderadas. Principalmente porque siempre suelen ser abanderados, la gente que se saca notas máximas, tiende a hacerlo siempre, porque les es más fácil conseguir notas altas o porque le dedican un esfuerzo tan exagerado que si en vez de 10 se sacan 9 es motivo de llanto y angustia para ellos.
¿Enserio la mejor persona para representar una institución o el país es alguien que le da igual? ¿Alguien que sabe que sus logros son por méritos completamente propios y que la institución nada tiene que ver? ¿Es la institución mejor por un estudiante excelente que por todos aquellos que han logrado aprobar?

Ni que decir lo que es jugar con las necesidades de la gente, el estudiante que necesita la beca, es porque su familia necesita ayuda económica. Todos aquellos estudiantes que se esfuerzan un montón pero que su nota llega a la mínima para aprobar quedan totalmente fuera de estas becas. Te están diciendo en la cara "no eres una buena inversión". Las posibilidades de desarrollar tus interés profesionales depende de eso, de si eres o no, a los ojos ajenos, una buena inversión, un buen número.

Por suerte cada vez las becas están más  dirigidas a las necesidades básicas de un estudiante y dándose cuenta que un buen futuro lo deseamos todos.


Al principio, cuando eres muy ingenuo, crees que las notas son justas y que realmente te describen lo más acertadamente posible, pero luego te das cuenta que dependen mucho del profesor, el tema que estudies , tu estado anímico, tu situación económica, si es trabajo en grupo, de tus compañeros, etc.
Descubres tarde o temprano que no eres un número, pero hay gente que lo descubre muy tarde. Lo típico es descubrirlo en la universidad, donde las cosas cambian un montón, pero si has tenido la suerte de que algún profesor de la secundaria te haya dicho "Solo es una nota" y como esta no te califica como persona, entonces lo habrás descubierto antes.

Este sistema numérico es tan pero tan invasivo que incluso define qué carreras universitarias tienen más valor qué otras.
¿De qué manera?
Las notas no solo indican simbólicamente si eres o no un fracasado, también indican lo útil que eres. Si tienes buenas notas en alguna asignatura es que eres útil para esta y deberías dedicarte a esto, mientras que si has tenido bajas notas o dificultad en determinada asignatura debes darte por vencido y aceptar tu falta de capacidad, aceptar que eres un fracasado.
Así es como hay personas que rechazan carreras completas por tener en estás alguna asignatura en las que les haya ido mal en el pasado. Ni decir que ni siquiera le dan una oportunidad a las carreras donde la gran mayoría de asignaturas tengan contenido con el cual hayan tenido malas experiencias anteriormente.

Ahora bien, hay una fuerte conexión entre "nota" y "utilidad" que nos hace creer que debemos hacer lo que más útil sea.

Es por esto que las áreas donde el sentido del valor numérico pierde mayor sentido, a la hora de evaluar el trabajo de una persona o desarrollar su potencial, son consideradas las áreas de mayor inutilidad. Haciendo que socialmente se las vea con rechazo, con excepción de aquellas personas que hacen lo que hacen por pasión propia y no valores ajenos relacionados al concepto de utilidad.

Es tan así que, en países donde existen enormes filtros para ingresar a la universidad, las carreras de mayor apreciación social son las más caras y las que mayor promedio exigen.

En Argentina por suerte no es así, aquí estudias la carrera que tú quieras por las razones que tú quieras. Por lo menos, la mayoría elige su carrera por un fuerte deseo personal.

¿Cuáles son las áreas menos apreciadas?
El arte, la historia, la literatura, la filosofía, etc.

Es muy probable que hayas oído a alguien decir respecto a cualquiera de las áreas de estudio anteriormente mencionadas, que estás no sirven para nada, que son una perdida de tiempo. Habrán mostrado preocupación respecto a cómo te vas a ganar la vida ¿De qué vas a trabajar?
Nuevamente piensan si vas a ser o no un fracasado.

Lamentablemente, nunca he trabajado formalmente y no conozco el mundo laboral, pero se que sigue siendo igual de juzgador y competitivo.
Los números serán tu sueldo, tus compañeros serán tu competencia eternamente...

Esto no tiene por qué ser así.
Tus compañeros pueden ser tus aliados, puedes crear tus propios proyectos, tus objetivos pueden ir más allá de lo económico, no necesitas ser perfecto, solo vender lo que haces o ser un ayudante. Hay tantas opciones, incluso si te quieren hacer creer que solo hay una opción correcta, no es así.

Tu vida es mucho más que la escuela o el trabajo, tú no vales lo que ganas o la nota que te pongan. No eres igual todo el tiempo, no existe una línea recta hacia el éxito, eso es extremadamente simplista y te hará muy infeliz. Ni siquiera tenemos la misma meta durante toda nuestra vida, ni tiene que ser una sola.

Así que te lo digo yo porque creo que es muy importante, no eres una nota, no eres un número. Elije lo que tú quieras y te haga feliz, siempre que las circunstancias te lo permitan. A veces los que nos hace feliz ni siquiera es tan complicado o difícil de tener.
No siempre el mayor sacrificio significa mayor éxito en tu vida o mayor felicidad.

¿Es más importante cumplir con los estándares ajenos del éxito o con nuestra propia concepción de éxito y felicidad?

Elena Nolusse.

Mi último blog del año.