Pensamientos de Elena Nolusse

Bienvenidos sean mis fantasmas lectores Mi relación con mi nombre fue muy particular durante toda mi vida, siempre he tenido poco afán por tener un nombre fijo para siempre, así que, podría decirse que me gusta tener muchos nombres y cambiarlos todo el tiempo. Me encantan los nombres y no veo porque debo limitarme a utilizar solo uno o dos. También me gustan todos tipos de nombres, de todas partes del mundo e inclusive nombres inventados o considerados 'no nombres', como podría ser llamarse con una letra o números. Siento que el nombre nos identifica en mayor o menor manera. Quiero decir, que el nombre que llevamos tiene un peso psicológico y emocional para nosotres. De la misma manera que asociamos nombres a experiencias con personas que hayan tenido ese nombre. Todo el tiempo relacionamos palabras con experiencias propias o conocimientos que hemos adquirido. Resulta que deseo cambiarme el nombre y me he encontrado con un montón de trabas que carecen de sentido, bajo mi perspe

Bandera de la Asexualidad Muchas personas consideran a la Asexualidad como una 'no orientación' o 'falta de orientación' porque no sienten atracción sexual y en consecuencia no hay una preferencia hacia ninguno de los sexos o géneros. ¿Cómo podemos desmentir esto? Nuestra atracción tiene muchos estados en los que puede estar, los dos más básicos son 'atrayente' y 'no atrayente'. Esto quiere decir "esto me está atrayendo" y "esto no me está atrayendo". Una persona, por lo general, puede experimentar todos los estados de la atracción. Una mujer, por ejemplo, heterosexual, puede estar caminando por la calle sin que le tengan que atraer todos los hombres, puede estar viendo a uno y no sentir atracción, pero quizás el hombre dice o hace algo que provoca la atracción de ésta mujer. No sentirse atraíde hacia alguien no te hace asexual. Por lo tanto, no es el estado de la atracción la que define nuestra orientación, sino el p