Es duro estar acostumbrade a callar. Haber aprendido a conformarme.
La auto-censura es algo que hacemos todes acorde a la situación pero, cuando esa situación es constante, es dolorosa.
Te esfuerzas tanto en encajar socialmente que te sacrificas enormemente.
¿Por qué me rechazan con tanta fuerza? ¿Hay algo mal en mis ideales?
¿Por qué me duele tanto cuando me contradicen en algo que digo?
¿Es por qué no tengo la verdad o porque me duele la falta de apoyo?
¿Será simplemente una impotencia enorme por todos aquellos años de silencio?
Hablar es agotador y si al hacerlo a nadie le importa, entonces te sientes desvalorade. Es como si tu presencia y tus palabras fueran la nada misma.
Tus emociones se ven negadas ante la abrumadora indiferencia.
Quiero gritar como las otras personas y no sé hacerlo.
¿Estoy equivocade? Cuando alguien me apoya se siente increíblemente bien.
Puede que sea la forma en la que me rechazan, tan violenta, tan firme.
¿Quizás estoy siendo demasiado amable con las demás personas?
¿Me habré convertido en une sumise?
¿O será que realmente estoy siendo marginade y maltratade?
Usar el lenguaje inclusivo es difícil, siento las voces de las críticas en mi cabeza todo el tiempo, inclusive sabiendo que nadie dejará un comentario en este blog .
Este sitio es mi escape, aquí encuentro una combinación hermosa entre lo público y lo privado.
Es lo suficientemente desconocido como para preservar lo íntimo y lo suficientemente público como para no estar tan sola cuando escribo.
.
.
Es terrible cuando vemos a otras personas y deseamos ser como ellas.
Cuando no entendemos cómo hacen para no sentir nada o ser tan neutral con algunos temas.
Sin embargo les admiras porque tú te la pasas sufriendo.
No quieres ser realmente como ellas solo deseas dejar de sufrir.
.
.
Hace un tiempo conocí a alguien, me encantaba oír su voz así que me esforcé de sobre manera para estar cuando él hablaba. Lo disfrutaba, pero ya no, me duele cuando habla de mí, es tan doloroso que me veo forzade a alejarme y no quiero, pero es que duele muchísimo.
Me dejo hacer daño ¿Qué pasó? ¿Era tan así al principio? Supongo que fue cuando empecé a hablar, porque cuando solo escuchaba no había problema. Pero yo quería hablar con él, quería más de él, pero todo sonaba forzado, no había placer en nuestras pláticas y nunca supe por qué. Quizás simplemente no somos compatibles. Pero dejar lo poco que lograste y empezar de cero es demasiado terrorífico.
Da miedo porque nunca sabes cuándo va a volver a ocurrir, porque como no depende de tus cualidades sino de los azares de la vida, no hay nada que puedas garantizar.
Todo en mi vida es como el trabajo de un artista, inestable y depende más del entorno que de ti salir adelante.
Obviamente que mientras más pongas de tu parte más posible es que aparezca alguna oportunidad, pero cuando eres como yo, ese "poner de tu parte", es casi seguro que no ocurrirá. Porque a pesar de tu voluntad, la fantasía y la realidad son dos mundos totalmente diferentes. La voluntad es la ficción.
Es una ficción dolorosa porque te hace sentir capaz de todo pero luego la realidad te arrastra por el suelo.
.
.
Siempre he querido ayudar a la gente.
Estando en un grupo de Abortos una chica buscaba ayuda para decidir si abortar o no. Le propuse mi ayuda y ella aceptó. Es la primera vez que hago una cosa semejante, algo tan importante, como ser parte de unas de las decisiones más cruciales de la vida de esta persona.
Me di cuenta que no era fácil y que era abrumador. Mantener la conversación me era difícil.
Es muy distinto convencer a muchas personas sobre una postura que guiar a una persona a decidir qué hacer con su embarazo. Es muy distinto hablar de derechos que de decisiones personales.
Aquí no hay que convencer, es su cuerpo y su decisión. Mi trabajo era informarla lo mejor posible y apoyarla independiente de su decisión.
A veces te hace preguntas que no puedes responder, porque la moralidad, los pensamientos y los valores, son algo muy personal de cada persona.
Aquí no estamos hablando de sujetos abstractos, es una persona y cuando duda le tiembla la voz. Es muy duro.
La vemos pelear con ella misma, ordenando sus pensamientos, mientras intento no imponer una postura personal.
Es duro porque ante la empatía podes ver a través de sus ojos y eso hace que independientemente de lo que vos harías en su situación, sientas todo su mundo.
En su mundo, está en una situación económica complicada, en su mundo no quiere matar a nadie, en su mundo entiende que un hijo es demasiado trabajo, en su mundo no se atreve a tomar una decisión.
Quieres que tome una decisión en consciencia y entonces quizás debes decirle cosas que no quiere leer.
"¿Lo estaría matando yo?"
Y entonces le dices que sí.
Se quiebra y pone a llorar.
"¿Aunque no esté desarrollado?"
Y entonces le hablas del tipo de vida que estamos hablando. Le informas lo que la ciencia sabe.
Por momentos parece tener una decisión clara y por otros, se arrepiente.
No quiero que se arrepienta. Que no logre tomar una decisión con la mente tranquila te desespera, porque el tiempo avanza y debe tomar una decisión. Entonces tienes que presionarla a elegir alguna opción pero sin agobiarla.
Es extremadamente duro, quisieras tomar la decisión por ella, pero esa decisión no te pertenece. Solo puedes observar y esperar que haga lo mejor para si misma.
La ayudaré lo mejor posible para que decida a consciencia, eso me importa mucho más que sus acciones en si.
.Elena Nolusse.
La auto-censura es algo que hacemos todes acorde a la situación pero, cuando esa situación es constante, es dolorosa.
Te esfuerzas tanto en encajar socialmente que te sacrificas enormemente.
¿Por qué me rechazan con tanta fuerza? ¿Hay algo mal en mis ideales?
¿Por qué me duele tanto cuando me contradicen en algo que digo?
¿Es por qué no tengo la verdad o porque me duele la falta de apoyo?
¿Será simplemente una impotencia enorme por todos aquellos años de silencio?
Hablar es agotador y si al hacerlo a nadie le importa, entonces te sientes desvalorade. Es como si tu presencia y tus palabras fueran la nada misma.
Tus emociones se ven negadas ante la abrumadora indiferencia.
Quiero gritar como las otras personas y no sé hacerlo.
¿Estoy equivocade? Cuando alguien me apoya se siente increíblemente bien.
Puede que sea la forma en la que me rechazan, tan violenta, tan firme.
¿Quizás estoy siendo demasiado amable con las demás personas?
¿Me habré convertido en une sumise?
¿O será que realmente estoy siendo marginade y maltratade?
Usar el lenguaje inclusivo es difícil, siento las voces de las críticas en mi cabeza todo el tiempo, inclusive sabiendo que nadie dejará un comentario en este blog .
Este sitio es mi escape, aquí encuentro una combinación hermosa entre lo público y lo privado.
Es lo suficientemente desconocido como para preservar lo íntimo y lo suficientemente público como para no estar tan sola cuando escribo.
.
.
Es terrible cuando vemos a otras personas y deseamos ser como ellas.
Cuando no entendemos cómo hacen para no sentir nada o ser tan neutral con algunos temas.
Sin embargo les admiras porque tú te la pasas sufriendo.
No quieres ser realmente como ellas solo deseas dejar de sufrir.
.
.
Hace un tiempo conocí a alguien, me encantaba oír su voz así que me esforcé de sobre manera para estar cuando él hablaba. Lo disfrutaba, pero ya no, me duele cuando habla de mí, es tan doloroso que me veo forzade a alejarme y no quiero, pero es que duele muchísimo.
Me dejo hacer daño ¿Qué pasó? ¿Era tan así al principio? Supongo que fue cuando empecé a hablar, porque cuando solo escuchaba no había problema. Pero yo quería hablar con él, quería más de él, pero todo sonaba forzado, no había placer en nuestras pláticas y nunca supe por qué. Quizás simplemente no somos compatibles. Pero dejar lo poco que lograste y empezar de cero es demasiado terrorífico.
Da miedo porque nunca sabes cuándo va a volver a ocurrir, porque como no depende de tus cualidades sino de los azares de la vida, no hay nada que puedas garantizar.
Todo en mi vida es como el trabajo de un artista, inestable y depende más del entorno que de ti salir adelante.
Obviamente que mientras más pongas de tu parte más posible es que aparezca alguna oportunidad, pero cuando eres como yo, ese "poner de tu parte", es casi seguro que no ocurrirá. Porque a pesar de tu voluntad, la fantasía y la realidad son dos mundos totalmente diferentes. La voluntad es la ficción.
Es una ficción dolorosa porque te hace sentir capaz de todo pero luego la realidad te arrastra por el suelo.
.
.
Siempre he querido ayudar a la gente.
Estando en un grupo de Abortos una chica buscaba ayuda para decidir si abortar o no. Le propuse mi ayuda y ella aceptó. Es la primera vez que hago una cosa semejante, algo tan importante, como ser parte de unas de las decisiones más cruciales de la vida de esta persona.
Me di cuenta que no era fácil y que era abrumador. Mantener la conversación me era difícil.
Es muy distinto convencer a muchas personas sobre una postura que guiar a una persona a decidir qué hacer con su embarazo. Es muy distinto hablar de derechos que de decisiones personales.
Aquí no hay que convencer, es su cuerpo y su decisión. Mi trabajo era informarla lo mejor posible y apoyarla independiente de su decisión.
A veces te hace preguntas que no puedes responder, porque la moralidad, los pensamientos y los valores, son algo muy personal de cada persona.
Aquí no estamos hablando de sujetos abstractos, es una persona y cuando duda le tiembla la voz. Es muy duro.
La vemos pelear con ella misma, ordenando sus pensamientos, mientras intento no imponer una postura personal.
Es duro porque ante la empatía podes ver a través de sus ojos y eso hace que independientemente de lo que vos harías en su situación, sientas todo su mundo.
En su mundo, está en una situación económica complicada, en su mundo no quiere matar a nadie, en su mundo entiende que un hijo es demasiado trabajo, en su mundo no se atreve a tomar una decisión.
Quieres que tome una decisión en consciencia y entonces quizás debes decirle cosas que no quiere leer.
"¿Lo estaría matando yo?"
Y entonces le dices que sí.
Se quiebra y pone a llorar.
"¿Aunque no esté desarrollado?"
Y entonces le hablas del tipo de vida que estamos hablando. Le informas lo que la ciencia sabe.
Por momentos parece tener una decisión clara y por otros, se arrepiente.
No quiero que se arrepienta. Que no logre tomar una decisión con la mente tranquila te desespera, porque el tiempo avanza y debe tomar una decisión. Entonces tienes que presionarla a elegir alguna opción pero sin agobiarla.
Es extremadamente duro, quisieras tomar la decisión por ella, pero esa decisión no te pertenece. Solo puedes observar y esperar que haga lo mejor para si misma.
La ayudaré lo mejor posible para que decida a consciencia, eso me importa mucho más que sus acciones en si.
.Elena Nolusse.
Comentarios
Publicar un comentario